
La intersección de Fisher para tomar decisiones basadas en datos
En el análisis de inversiones y la definición de la estrategia de la empresa, es fundamental emplear herramientas para tomar decisiones basadas en datos.
Una de las más eficaces para comparar distintas opciones de inversión es la intersección de Fisher. En este artículo repasamos qué es, cómo se calcula y veremos ejemplos de su aplicación en la estrategia empresarial y la evaluación financiera.
¿Qué es la intersección de Fisher?
La intersección de Fisher es una de las herramientas para tomar decisiones más sencillas y ampliamente utilizadas para la comparación de proyectos.
Permite determinar en qué punto dos proyectos de inversión, con distintos flujos de caja a lo largo del tiempo y plazos diferentes, tienen el mismo valor actual neto (VAN). A partir de esta información, en función de los criterios de rentabilidad y la tasa de descuento, una alternativa resultará más indicada.
¿Por qué es relevante para tomar decisiones empresariales?
La clave de la intersección de Fisher es que permite simplificar la comparación directa entre las distintas alternativas de inversión, que pueden ser tan dispares como renovar maquinaria, automatizar procesos o lanzar un nuevo producto.
Todas estas opciones tienen unos costes iniciales, una tasa interna de retorno (TIR) y unos plazos de ejecución distintos que hacen que la comparación sea compleja y se tienda a tomar decisiones sin los datos necesarios.
La intersección de Fisher permite generar datos útiles para comparar inversiones muy diferentes entre sí y ayuda a resolver situaciones en las que el valor actual neto y la tasa interna de retorno (TIR) de dos proyectos pueden llevar a conclusiones distintas.
Cómo se calcula: paso a paso básico (sin fórmulas complejas)
Aunque llevar a cabo un cálculo exacto implica necesariamente el uso de fórmulas complejas, el proceso se puede entender fácilmente paso a paso.
- El primer paso es identificar los flujos de caja anuales, la inversión inicial y la duración de cada uno de los proyectos.
- Una vez se dispone de la información inicial, se calcula el VAN de cada proyecto para diferentes tasas de descuento, por ejemplo, al 6%, 7%, 10%, 12% y 15%.
- A continuación, se traza en un gráfico la tasa de descuento en el eje X y el VAN en el eje Y para cada proyecto, de modo que se dibuja una curva para cada opción..
- El punto en el que ambas curvas se cruzan es la intersección de Fisher.
- Por último, se analiza a qué tasa de descuento corresponde y, en función de los criterios de rentabilidad de la empresa, se puede determinar cuál sería más conveniente.
Ejemplo práctico aplicado a una decisión empresarial
Veamos un ejemplo práctico para ilustrar este paso a paso. Una empresa está considerando invertir en una nueva línea de negocio, y parte de dos opciones: la apertura de una nueva sede local y la expansión comercial internacional.
La primera opción tiene un retorno más rápido, pero menor a largo plazo, mientras que la segunda requiere una inversión inicial elevada, tanto en tiempo como en dinero, pero con un gran potencial de rentabilidad.
Al calcular el VAN de ambas opciones para distintas tasas de descuento, se determina que, en tasas bajas (por ejemplo del 6%), el VAN del proyecto de expansión comercial es superior mientras que, cuando se aplican tasas altas (del 12%), una nueva sede local resulta más rentable.
El punto donde ambos proyectos tienen el mismo VAN es la intersección de Fisher que, en este caso, se podría encontrar en el 9%. En este punto es en el que la empresa debe estimar si su coste de capital será inferior al 9% (en cuyo caso sería más conveniente la expansión internacional) o si, en cambio, será superior (lo que implicaría que sería más recomendable optar por la nueva sede local).
Ventajas de usar este criterio frente a métodos más intuitivos
El punto fuerte de la intersección de Fischer es que aporta datos en contextos en los que la toma de decisiones se suele llevar a cabo en función a la experiencia o la intuición, por lo que aporta objetividad y tiene en cuenta variables relevantes que podrían condicionar la adecuación de las decisiones financieras.
En qué casos tiene sentido usarlo (y en cuáles no)
Esta herramienta de toma de decisiones es interesante en casos en los que se comparan varios proyectos y solo se puede escoger uno, en decisiones a medio o largo plazo y cuando la TIR no es suficiente.
Sin embargo, la intersección de Fisher no resulta útil cuando se trata de proyectos independientes entre los que no es necesario elegir, cuando los flujos de caja no son fiables o en inversiones de bajo riesgo.
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